Cristina Márquez, psicóloga de Kapital Inteligente, impartió el pasado miércoles una interesante charla a nuestro equipo de profesores, sobre la neuroeducación.
«Educar desde la emoción».
La neuroeducación es una disciplina puente entre la neurología y las ciencias de la educación, en la que la psicología educativa tiene un papel clave.
Se trata de un proyecto de desarrollo científico en el que se quieren aunar los conocimientos que tenemos acerca de cómo funciona el cerebro con lo que se sabe acerca de los procesos educativos sobre el terreno.
¿Es eficaz el sistema educativo?
La primera pregunta que nos planteamos es ¿Es eficaz el sistema educativo?
A la mayoría se nos pasan ideas por la cabeza como, «solamente se trata de memorizar», «no encuentro el sentido práctico de mi aprendizaje», etc…
Damos por hecho que el profesorado se esfuerza en enseñar y en transmitir a sus alumnos sus materias, pero…¿ellos aprenden? y en el caso de que esa respuesta sea positiva, ¿durante cuánto tiempo recuerdan ese aprendizaje?
En la mayoría de los casos cuando impartimos una mera clase magistral no estamos conectando con la parte emocional que está bloqueando al alumno para acceder a la información que queremos transmitirle.
La neuroeducación, como podéís ver en el gráfico, es el lugar donde confluyen la neurociencia, la psicología y la educación.
¿Qué nos dice la neurodidáctica?
Puede definirse como una disciplina que se ocupa de estudiar la optimización del proceso de enseñanza a partir del desarrollo del cerebro, y de la utilización de todo el potencial que este puede ofrecer.
¿Cómo es nuestro cerebro?
- Nuestro cerebro es único, según la epigenética.
- Nuestro cerebro construye sobre lo ya conocido.
- Nuestro cerebro es plástico, cambia cuando aprende, se modifica con la experiencia. Podemos comprobar esta afirmación en un Estudio que realizó la psicóloga Eleonor Maguire, que estudió la Neuroplasticidad del cerebro de los taxistas de Londres y cómo debido a su trabajo el hipotálamo de los taxistas se encontraba más desarrollado que las personas que no desempeñaban dicho oficio.
Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que:
El cerebro se modifica con la experiencia.
Todos tenemos determinados talentos. El talento se define como la habilidad innata o capacidad para destacar en uno o varios ámbitos o actividades temáticas específicas. Por un lado podemos optar por desarrollar un talento ya existente en nosotros o por el contrario, tal y como defienden muchos biólogos, si careces de dicho talento, foméntalo, crea nuevas conexiones cerebrales y obtendrás una mayor reserva cognitiva. Esto ocurre igualmente con las emociones.
“Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.
(Santiago Ramón y Cajal)
Mentalidad de Crecimiento
La mentalidad de crecimiento está muy ligada al proceso del cambio en psicología, cuyas fases son:
1º. Soy consciente de mi necesidad de cambio
2º. ¿Quiero cambiarlo?
3º. Actúo en consecuencia.
Hay diferentes tipos de mentalidad, una más fija y otra que sería la mentalidad de crecimiento, ambas mentalidades van muy ligadas al nivel de autoestima que tenga el individuo, así como a su propia personalidad. Las características de una mentalidad fija, lógicamente con un nivel menor de autoestima, serían las siguientes:
Fija:
- soy muy torpe
- no puedo conseguirlo
- no avanzo
En contraposición a las características de una mentalidad de crecimiento que serían:
- puedo mejorar
- puedo aprender
- puedo conseguirlo
- de cada fracaso consigo algo positivo
Estos dos clases de mentalidad y nuestra personalidad, están muy relacionadas con el desarrollo en cada uno de nosotros de cada uno de los 3 tipos de cerebro:
- El límbico (el sistema de la emociones, tiene gran influencia en la conducta, por ello se le llama emocional, o químico, porque regula muchos estados internos diferentes)
- Cognitivo (las funciones cognitivas son los procesos mentales que nos permiten recibir, seleccionar, almacenar, transformar, elaborar y recuperar la información del ambiente. Esto nos permite entender y relacionarnos con el mundo que nos rodea.)
- Ejecutivo (se encuentra en los lóbulos frontales del cerebro y desarrolla funciones ejecutivas, como la inhibición de la respuesta, la flexibilidad cognitiva y la memoria de trabajo, y las que derivan de ellas, como la planificación y la organización. Estas funciones ejecutivas son muy difíciles de llevar a cabo por las personas con TDA y TDAH, por ejemplo, ya les resulta muy difícil planificar una tarea, fijar objetivos, memorizar, mantener la atención y eliminar estímulos distratores.
¿Sabías que el estudio del cerebro de Einstein se inició tras su muerte en 1955, cuando el patólogo Thomas Harvey lo fotografió desde distintos ángulos antes de cortarlo en 240 trozos para poder analizarlo?
Con una masa de 1.230 gramos, el cerebro de Albert Einstein no era mayor que el de un hombre adulto normal, pero estaba estructurado de un modo diferente que lo hacía singular.
Su lóbulo frontal y parietal eran mucho más grandes de los de una persona normal. Además su cerebro contenía más materia gris de lo normal, relacionada ésta directamente con la memoria.
¿Cómo dialogan estos 3 cerebros en nuestro interior a la hora de llevar a cabo el aprendizaje?
Dispositivos básicos del aprendizaje:
- Límbico: aprendemos cuando trabajamos a través de los sentidos, de la experiencia (creando curiosidad, dejando lugar a la creatividad), cuando obtenemos una recompensa, cuando captamos la atención del alumno…
- Cognitivo: aprendemos cuando sabemos procesar bien la información, la elaboramos, la seleccionamos…
- Ejecutivo: aprendemos cuando sentimos curiosidad, estamos motivados…
Una de las conclusiones a las que se ha llegado a la hora de conseguir el mayor éxito en el aprendizaje es que este éxito está muy centrado en el profesor y más aún cuando hay un alto grado de conexión entre las distintas disciplinas, como por ejemplo, cuando un mismo tema es desarrollado por varios profesores de diferentes materias.
¿Qué importa más el talento o el esfuerzo?
Todos tenemos margen de mejorar, con pasión y perseverancia, puedo alcanzar las mismas metas.
Las emociones sí importan
Aquí tenéis una entrevista a Francisco Mora, el cual ha alternado su labor como docente —es, además de doctor en Medicina y Neurociencia, catedrático de Fisiología en la Universidad Complutense de Madrid y profesor adscrito de Fisiología Molecular y Biofísica en la Universidad de Iowa, en Estados Unidos— con la de investigador (en España y Estados Unidos) y la de divulgador.
El dolor es una experiencia, un refuerzo negativo que el cerebro trata de repetir y olvidar pronto.
Por el contrario, aprender con alegría, con placer, es un refuerzo positivo, algo cuya experiencia trata de repetir y además mantiene en la memoria mucho más tiempo lo aprendido.
La letra con emoción sí que entra, pero con emociones positivas.
Conclusión:
La motivación es la gasolina del cerebro
La curiosidad (atención), la motivación y las emociones son impulsoras del aprendizaje. Están tan estrechamente vinculadas que no podemos trabajar los tres conceptos por separado en el aula.